Hace unos siete años a los urbanistas nos sorprendió la noticia sobre un gran
proyecto urbano que se iba a construir al noroeste de Arabia Saudí y que se
denominaba NEOM. El nombre es un compuesto de raíces griegas y árabes y que
viene a significar algo así como “nuevo futuro”. Para ello se constituyó una
sociedad anónima cerrada perteneciente en su totalidad al Fondo de Inversión
Pública de Arabia Saudí por valor de 500.000 millones de dólares. En principio
comprendería: una ciudad lineal supuestamente ecológica que funcionara tan
solo mediante energías renovables con objeto de ir distanciándose de la
dependencia energética del petróleo del que, actualmente, se nutre el país; un
centro de esquí en el desierto; un complejo industrial flotante (el más grande
del mundo) y otro destinado al turismo de lujo.
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